Te quedaste, atacada por el romanticismo.

Queria que me bautizaras, me dejaras con la piel pulida de tus entrañas. Me destilaste, me empapaste a lagrima viva y te fuiste dejandome secar, me secaste por dentro hasta que me ardieron los pulmones sin nada por respirar. 

Me hiciste desnudarte y rezarte mientras nos follabamos en el medio de la nada, entre las luces de las avenidas y la gente que iluminaba las calles. 

Valiente decision. 

Quedarte a dormir al final del clacisismo, con el seguro puesto en el coche, y la calentura quemandome el abismo hasta la ultima gota que me bebiste. Me bautizaste, soy virgen de tu religion. Te rezo entre las piernas y me sostengo de los siete pilares de la biblia que te escribo todas las noches. Nunca olvides que satan baila mejor que yo jugando a pasarte de visto, hermosa, baila solo, y el unico fuego creciente es el mismo que  nos sosiega ante sus placeres. Te quedaste, atacada  por el romanticismo. Bienvenida a ese resplandor virginal.