Estabas criando un
poema, escribiendo mis sentimientos y plantando un diamante en mi corazón. El horóscopo dijo que el amor de tu vida estaba pasando frente a tí, y que no serías capaz de reconocerlo por tu miedo a vivir. Yo tuve la certeza que nunca jamás me habían puesto un apodo más bonito cuando erizaste mi nombre desde tu voz. Yo era el amor que pasaba por tu vida, no el que se quedaba.
Siempre me gustó que te sintieras orgullosa de aparecer en mis poemas
que me entregaras los derechos de autor de todas las fotos.
Así que me atrevo a subir esta.
No supe lo que era improvisar sin tinta y folio para escribir
hasta que tus pecas tomaron todas las formas preciosas de mi mente
bajo los rayos del sol.
Me inspiraste a cambiar todo el fuego de la noche
por un amanecer frío y lleno de rocas junto a ti.
Me inspirabas
eras la flama del fuego en mis ojos
y toda la nieve que cubría las salidas de emergencia.
Por que contigo no las necesitaba.
Aunque cada amanecer empezara peor
Aunque tuvieramos mucho por perder
Y no fuesemos extraordinarias al jugar con fuego
y no poder evitar arder en deseo
todo sabía a depaysement de invierno.
El depaysement es una palabra en francés que no tiene traducción, como tu nombre en un poema que nunca escribí. El caso es que el depaysement vendría a significar "la nostalgia de un extranjero de extrañar su país natal." Algo así como la nostalgia de echar de menos el lugar de dónde venimos, el depaysement de un bebé fuera de su vientre materno, o de tus pestañas fuera de la sombras de mis pupilas. O el depaysement del fuego, el mio, en el invierno, el de tu corazón. Un fuego que echa de menos su flama y calor en pleno invierno, en cada copo de nieve dónde se ha mudado, dónde ha decidido incendiar todo y arder en amor.
El depaysement del fuego en invierno
existe por ti
aunque lo niegues
y también el extraño fenómeno atmosférico del polvo de diamantes
cubriéndonos antes del amanecer.
¿Lo pillas?
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