'Que belleza y sér sean como universo musical sonoro y orquesta que procede. De ese conjunto de aparatos mosntruosos y extrañamente gesticulantes, agitados de movimientos que nada tienen de la belleza de los pasos y figuras que pies, manos y cuerpo entero dibujan en la danza, surge no sabemos cómo, un universo de sonidos en el que, por parte alguna, aparecen esas cosas y acciones reales; que el universo sonoro de una sifonía no se entrega de nada "real", porque los instrumentos y sus movimientos reales no son constitutivos simple lugar de "aparición sensible" de lo musical.'
No eres real más que en mi constitución, pues tú no eres un sueño ni el calor de la luz solar abrazando los poros fríos de mi espalda, incendiando las mopas de polvo hasta desintegrarlas en el oxígeno, y en esa coolisión pasa todo lo destruido hasta mis pulmones volviéndote real en tu inexistencia, la desintegración de lo que fue tu constitución. Eres real en el renacer de un nuevo año de vida, aunque sea la muerte permanente de lo que fuiste.
Y cuando te conviertes en una realidad palpable y apareces sensible ante los sentidos, puedes ser simplemente un sueño que recrea absolutamente toda la realidad. Será entonces en lo que te hace integra y te da un valor sobre cualquier cosa que crees o destruyas que tu existirás. No en los sentidos, mucho menos en tus acciones, únicamente en tu constitución y consecuencia.
Ese lugar de revelación humano y divino.
"En mi puerta has de llamar,
no te he de salir a abrir
y me has de sentir llorar."
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